Reduce el bombeo, vigila el latido



Construyendo un corazón sano y feliz

Fumar, la obesidad y los bajo niveles de HDL o colesterol son solo algunos de los factores más comunes que provocan  la aparición  de una de las enfermedades más mortíferas – la enfermedad del corazón. Cuando se trata del corazón, tenemos que ser conscientes de cómo nuestras decisiones impactan en nuestro comportamiento cardiaco. Tener en cuenta el reposo del ritmo cardiaco es un bueno comienzo.
De acuerdo con la Asociación Americana del Corazón (AHA), el latido del corazón de una persona adulta debe ser de entre 60 y 80 veces por minuto cuando estamos en reposo. Este ritmo cardiaco  tiende a aumentar con los años, y es generalmente más baja, entre 50 y 60 latidos por minuto, en personas en buenas condiciones físicas o incluso aún más baja en atletas. Nuestro ritmo cardiaco representa nuestra salud y nos dibuja también las reacciones de nuestro cuerpo frente a una actividad física, así podemos establecer parámetros para nuestras zonas de entrenamiento cardiaco. Aquí te damos algunos consejos para tener un corazón más sano y feliz.
·         Tener indicadores: Controlar el ritmo cardiaco en reposo contando los latidos por la mañana después de un buen sueño. De acuerdo con la AHA, la forma más sencilla de determinar tu ritmo cardiaco máximo por ejercicio es 220 menos la edad con un entrenamiento ideal del 60% al 80% del máximo de tu organismo. Un buen indicador de ejercicio es mirar como de rápido se recupera el organismo, sabiendo que un corazón sano baja más de 30 latidos por minuto después de un minuto de descanso una vez finalizado el ejercicio.
·         Ejercicio: Todos los tipos de ejercicio como correr, caminar, ir en bicicleta o el entrenamiento de fuerza benefician al corazón siempre que el ritmo cardiaco se mantenga dentro los límites ideales de cada uno.  El secreto es controlar ese ritmo para asegurar que el corazón no está trabajando demasiado o demasiado poco. Casi todos los equipos de cardio ofrecen sensores de contacto del ritmo cardiaco.
·          Relajación: Estudios han demostrado que un alto nivel de estrés provoca una presión sanguínea alta, sobrepeso, falta de ejercicio y otros factores de un estilo de vida no sano que impactan en la salud de nuestros corazones. Contrólate con comportamientos para frenar el estrés como un buen sueño, ejercicio regular y aficiones sanas que relajen cuerpo y mente. 
·         Dieta equilibrada: Estamos rodeados de productos grasos y gustosos que añaden mas colesterol del que nuestro organismo necesita. La AHA recomienda una dieta sana para el corazón que limite las materias grasas (especialmente las grasas trans), el colesterol y la ingesta de sodio e incluya una gran cantidad de fruta, vegetales, fibra, proteínas sin grasa y lácteos.

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